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Consultoría sobre relaciones de consumo

viernes, 30 de noviembre de 2012

EL AJO Y SUS BENEFICIOS

Comer ajo a diario reduce el colesterol total y los triglicéridos, aunque no debe sustituir al tratamiento médico, sino ser un complemento de la dieta alimenticia, además de ser muy efectivo contra el Campylobacter, en ocasiones, superior a la de algunos antibióticos. "El Ajo (Allium sativum)" Es una hortaliza cuyo bulbo se emplea comúnmente en la cocina mediterránea. Tiene un sabor fuerte (especialmente estando crudo) y ligeramente picante. Tradicionalmente se agrupaba dentro de la familia de las liliáceas pero actualmente se lo ubica dentro de la subfamilia de las aliodeas de las amarilidáceas. La ciencia corrobora lo que la intuición y el conocimiento empírico han constatado durante siglos: el ajo es bueno para la salud coronaria, pero en ningún caso debe sustituir al tratamiento médico. Un reciente estudio concluye que el consumo habitual de ajo mejora el perfil lipídico del colesterol total y de los triglicéridos, lo que redunda en una protección adicional para la salud del corazón y las arterias. La prevención de las enfermedades cardiovasculares a través de la modificación de sus principales factores de riesgo (como el control de la tensión arterial y de los niveles de colesterol en suero) es una estrategia perpetua. El consumo regular de ajo ha demostrado ser efectivo en el tratamiento complementario de las dislipemias,(ver nota final del articulo) pero su impacto en los niveles de colesterol (diagnóstico de hipercolesterolemia con colesterol total superior a 200 mg/dl) ha sido inconsistente en algunos ensayos y, por tanto, discutibles. Más ajo Menos Colesterol y triglicéridos El último y más reciente estudio realizado por el Instituto de Toxicología de la Universidad china de Shandong concluye, tras revisar 26 estudios aleatorizados, doble ciego y controlados con placebo, que el consumo habitual de ajo tiene un efecto modesto en la reducción de los niveles de colesterol total y de triglicéridos, pero no en otros parámetros lipídicos como las lipoproteínas de baja densidad (LDL colesterol) y las lipoproteínas de alta densidad (HDL colesterol). Según este estudio, los efectos del ajo fueron más marcados en los sujetos con intervención a largo plazo, superior a cuatro semanas de tratamiento. Los responsables de la investigación observaron diferencias según las distintas presentaciones. El ajo en polvo y el extracto de ajo fueron más eficaces en la reducción de los niveles séricos de colesterol total, mientras que el aceite de ajo tuvo más impacto en la disminución de los niveles séricos de triglicéridos. Estas conclusiones no son tan contundentes en otras revisiones sistemáticas anteriores, como la realizada en 2009 por la Facultad de Medicina de la Universidad de Malaya, en Kuala Lumpur (Malasia), y años antes, en 1994, por el Departamento de Salud Pública y Atención Primaria de la Universidad de Oxford y, en 1993, por el Departamento de Medicina del New York Medical College. En estos casos, coinciden en que la terapia con ajo no reduce de manera sustancial los niveles de colesterol sérico, si bien se registra una mejoría en el perfil lipídico. Algunos autores sugieren que con la ingesta de un diente de ajo por día, o una cantidad equivalente en preparado, se logra una disminución de entre un 10% y un 12%, de tasas totales de colesterol, en comparación con el placebo. Por tanto, aunque tomar ajo a diario tiene una respuesta positiva en el perfil lipídico, en ningún caso debe sustituir al tratamiento recetado por el médico para controlar las dislipemias y se usará, siempre bajo aprobación facultativa, como complemento dietético, de apoyo. Alimentos imprescindibles A la luz de las evidencias científicas, las dislipemias mejoran si se sigue una dieta terapéutica. Se entiende como tal la dieta que, en los criterios de equilibrio nutricional, incluye alimentos cuyo consumo habitual ha demostrado beneficio para el sistema coronario y prescinde de otros que entorpecen la mejoría. Los siguientes alimentos se entienden imprescindibles en una dieta cardio-saludable: Ajo: un diente de ajo al día es beneficioso (excepto en casos de gastritis u otras dolencias estomacales) y parece proporcionar una mejora añadida para el control del colesterol y los triglicéridos. Aceite de oliva virgen extra: rico en ácidos grasos monoinsaturados, vitamina E y fitosteroles, todos ellos compuestos cardioprotectores. Aceite de lino: una cuchara sopera diaria como complemento de omega 3. Nueces, una ración (4-6 unidades): contienen omega 3 y fitosteroles, ambos compuestos están reconocidos por su papel en la reducción del colesterol. Pescado azul: 3-4 veces por semana, en raciones de 140 gramos. Proporciona ácidos grasos omega 3. Verduras verdes: (acelga, achicoria, lechuga, espinacas...), brotes o germinados y verduras de tallo (puerro, apio, cardo), Legumbres variadas, incluidos los guisantes. Nota: Las dislipidemias o dislipemias son una serie de diversas condiciones patológicas cuyo único elemento común es una alteración del metabolismo de los lípidos, con su consecuente alteración de las concentraciones de lípidos y lipoproteínas en la sangre. Ajo en la lucha contra Campylobacter Un reciente hallazgo ha demostrado una efectividad del ajo contra Campylobacte, en ocasiones, superior a la de algunos antibióticos. Este hallazgo podría servir parareducir la contaminación con esta bacteria en alimentos como carnes crudas y procesadas. Este nuevo hallazgo se enmarca en la capacidad antimicrobiana de compuestos naturales de los alimentos y supone un nuevo paso en el campo de la alimentación. Orégano, arándanos o guaraná son algunos vegetales que han aportado hasta ahora importantes avances en el desarrollo de sustancias antimicrobianas naturales. Ajo para eliminar la bacteria campylobacter Una investigación realizada por expertos de la Universidad de Washington ha examinado la capacidad del sulfuro de dialil, un compuesto derivado del ajo, para eliminar la bacteria Campylobacter. Este compuesto tiene la capacidad de penetrar en la biopelícula protectora de la carne y matar las células bacterianas mediante la combinación de una enzima que contiene azufre. El sulfuro de dialil es, según los expertos estadounidenses, "100 veces más eficaz que determinados antibióticos utilizados para el mismo fin" y actúa en menos tiempo: la bacteria puede inactivarse en cinco horas, frente a las 24 de los otros sistemas de eliminación. Además, los expertos han determinado que el compuesto también puede utilizarse para reducir los niveles de Campylobacter en el medio ambiente y en la industria alimentaria, como método de limpieza de los equipos de procesamiento. Según la investigación, el sulfuro de dialil podría utilizarse también como conservante en los alimentos envasados, como ensaladas y carnes frías. Además de extender la vida útil de estos productos, el compuesto de ajo reduce el crecimiento de bacterias patógenas. La alicina, o dialil sulfato, es una sustancia que se forma por la acción de una enzima que contiene la superficie del ajo (aliinasa) en contacto con otra sustancia de este alimento (aliina). Si el ajo se machaca y se juntan la aliinasa y la aliina, forman la alicina. Propiedades conservadoras del ajo Las propiedades conservadoras del ajo no son nuevas. Desde hace años, este alimento se ha reconocido por su capacidad para luchar contra virus y bacterias. Junto con las cebollas y otras especies, el ajo contiene potentes agentes antimicrobianos. Al principio, las propiedades antimicrobianas del ajo se demostraron con patógenos como Escherichia coli y Staphylococus aureus, entre otros. El ajo forma parte de la lista de agentes naturales antimicrobianos, junto con otras especias como el orégano. En 2007, un grupo de expertos del Servicio Agrícola estadounidense (ARS) evaluó la capacidad antimicrobiana de un macerado a base de orégano y ajo contra Bacillus cereus, Escherichia coli O157:H7, Listeria monocytogenes y Salmonella enterica. En esta investigación, la receta consistía en elaborar un macerado de vino blanco o tinto, hojas de orégano, zumo de ajo y aceite de orégano. Estas sustancias naturales, combinadas, y el vino inactivan los cuatro agentes patógenos. Prevención frente a campylobacter Junto con Salmonella, Campylobacter es una de las bacterias más frecuentes en los casos de intoxicaciones alimentarias. Presente sobre todo en alimentos como las aves, en especial el pollo, su prevención empieza en el primer punto de la cadena de producción. Si bien es un patógeno que se elimina con la congelación o durante la cocción, su eliminación es deseable desde las primeras fases de producción. La mayoría de las infecciones se deben al consumo de carne de ave cruda o poco cocida o bien por contaminación cruzada a través de utensilios y superficies que se han usado para preparar aves de corral.